3ª Semana do Advento | Santa Luzia | Segunda-feira

Anuncio del Evangelio (Mateo 21:23-27)

— El Señor esté con vosotros.

— Y con tu espíritu.

— Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Mateo. 

— Gloria a Ti, Señor.

23 Llegado al Templo, mientras enseñaba se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: “¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?”

24 Jesús les respondió: “También yo os voy a preguntar una cosa; si me contestáis a ella, yo os diré a mi vez con qué autoridad hago esto. 25 El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres?”

Ellos discurrían entre sí: «Si decimos: “Del cielo”, nos dirá: “Entonces ¿por qué no le creísteis?” 26 Y si decimos: “De los hombres”, tenemos miedo a la gente, pues todos tienen a Juan por profeta.”

27 Respondieron, pues, a Jesús: “No sabemos.” Y él les replicó asimismo: «Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.”

— Palabra de la Salvación.

— Gloria a Ti, Señor.

O también

Anuncio del Evangelio (Mateo 25:1-13)

— El Señor esté con vosotros.

— Y con tu espíritu.

— Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Mateo. 

— Gloria a Ti, Señor.

1 “Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio.
2 Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. 3 Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; 4 las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. 5 Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. 6 Mas a media noche se oyó un grito: “¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!” 7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. 8 Y las necias dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan.” 9 Pero las prudentes replicaron: “No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis.” 10 Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. 11 Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: “¡Señor, señor, ábrenos!” 12 Pero él respondió: “En verdad os digo que no os conozco.” 13 Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.