Responsorio ( Sal 127, 1-5)
– ¡Bendito el que teme al Señor!
– ¡Bendito el que teme al Señor!
– ¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo,
serás feliz y todo te irá bien.
– Tu esposa será como una vid fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa.
– ¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor! ¡Que el Señor te bendiga desde Sión todos los días de tu vida: que contemples la paz de Jerusalén.