[:pb]
O Senhor está nos chamando para que proclamemos o Reino de Deus no mundo que está sedento e sujo, que precisa ser renovado e purificado.
“Jesus chamou os doze, e começou a enviá-los dois a dois, dando-lhes poder sobre os espíritos impuros” (Marcos 6,7).
Os espíritos impuros dominam o mundo em que vivemos, porque eles encontram espaço para espalhar impurezas, maldades, mazelas, corrupções e discórdias no coração da humanidade.
.:Participe do Aprofundamento ‘Estudo Orante da Bíblia’ com padre Roger Araújo
A humanidade em que vivemos é suja e estragada pelo mal, mas não é para olharmos para esse mundo com a óptica da perspectiva negativa de que está tudo perdido e que nada presta. Pelo contrário, no mundo perdido, estragado, sujo e impuro em que vivemos, Deus nos envia, Ele foi o enviado do Pai. Por onde Jesus passava, Ele expulsava os demônios, expulsava as impurezas, purificava o que estava sujo, curava e realizava o Reino de Deus.
É preciso realizar o Reino de Deus, é preciso pregar a conversão, expulsar os demônios, curar os doentes, levar a unção de Deus para o mundo que está contaminado pelo mal. Por isso, a ordem de Jesus é para que possamos ir em missão.
Muitas vezes, estamos preocupados em receber a unção. Então, nós a recebemos, mas guardamos e não levamos a unção e a graça de Deus adiante. Fico pensando como nossas igrejas estarão cheias, lotadas! As pessoas vão à Missa receber a Eucaristia, a Palavra de Deus. Elas as recebem, mas guardam. A ordem de Jesus, porém, é para irmos em frente.
Precisamos levantar das nossas igrejas, comunidades e paróquias. Precisamos ter a ousadia que hoje escutamos na Primeira Leitura de Amós, aquele que, mesmo reconhecendo não ser profeta nem filho de profeta, era apenas um pastor de gado e cultivador de sicômoros, mas o Senhor o chamou para profetizar na casa de Israel.
O Senhor está nos chamando para que nós também profetizemos e anunciemos, para que proclamemos o Reino de Deus no mundo que está sedento, sujo e precisa ser renovado e purificado.
É muito fácil criticar, dizer que as coisas não prestam, que as pessoas não têm jeito. Estamos desmerecendo a ação redentora de Jesus, desmerecendo o trabalho salvífico do Pai. Ele conta com cada um de nós para que proclamemos, anunciemos e façamos o Reino de Deus acontecer no mundo em que estamos inseridos.
Deus abençoe você!
[:es]
El Señor nos esta llamando para que proclamemos el Reino de Dios en el mundo que esta sediento y sucio, que necesita renovado y purificado.
“Llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros” (Mc 6, 7).
Los espíritus impuros dominan el mundo en que vivimos, porque ellos encuentran espacio para esparcir impurezas, maldades, corrupciones y discordias en el corazón de la humanidad.
La humanidad en que vivimos es sucia y estropeada por el mal, pero no es para mirarnos para ese mundo con la óptica de la perspectiva negativa de que esta todo perdido y que nada vale la pena más. Por el contrario, en el mundo perdido, estropeado, sucio e impuro en que vivimos, Dios nos envía, Él fue el enviado del Padre. Por donde Jesús pasaba, Él expulsaba los demonios, expulsaba las impurezas, purificaba lo que estaba sucio, sanaba y realizaba el Reino de Dios.
Es necesario realizar el Reino de Dios, es necesario predicar la conversión, expulsar los demonios, sanar los enfermos, llevar la unción de Dios para el mundo que esta contaminado por el mal. Por eso, la orden de Jesús es para que podamos ir en misión.
Muchas veces, estamos preocupados en recibir la unción. Entonces, nosotros la recibimos, pero guardamos y no llevamos la unción y la gracia de Dios adelante. ¡Quedo pensando como nuestras iglesias estarán llenas! Las personas van a Misa recibir la Eucaristía, la Palabra de Dios. Ellas las reciben, pero guardan. La orden de Jesús, además, es para ir adelante.
Necesitamos levantar de nuestras iglesias, comunidades y parroquias. Necesitamos tener la osadía que hoy escuchamos en la Primera Lectura de Amós, aquel que, mismo reconociendo no ser profeta ni hijo de profeta, era solo un pastor de ganado y cultivador de sicomoros, pero el Señor lo llamó para profetizar en la casa de Israel.
El Señor nos esta llamando para que nosotros también profeticemos y anunciemos, para que proclamemos el Reino de Dios en el mundo que esta sediento, sucio y necesaria ser renovado y purificado.
Es muy fácil criticar, decir que las cosas no prestan, que las personas no tiene forma. Estamos desmereciendo la acción redentora de Jesús, desmereciendo el trabajo bueno del Padre. Él cuenta con cada uno de nosotros para que proclamemos, anunciemos y hagamos el Reino de dios suceda en el mundo en que estamos insertos.
¡Dios te bendiga![:]